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Sobre este interesante tema descrito en el sexto reportaje que hemos hecho a don Agustín Gómez García, trataremos, en las líneas que siguen, de reasumir sus opiniones:
«Hasta hace cuatro años, nos dijo, ningún interés mercantil ligaba a Llanquihue y Chiloé con Magallanes.
«La apertura del Istmo de Ofqui, ensueño de progreso del inolvidable amigo, el malogrado Presidente Montt, habría atraído la corriente de negocios entre estos tres territorios de la Nación; pero aquella obra de fácil realización, para la cual, no obstante, se requiere el imposible de tener un Ministro que conozca a su País, no hay esperanza de que se ejecute, y en consecuencia, no parece hacedero que naves de pequeño calado se arriesguen a navegar por los bravíos mares de Tres Montes; de donde resulta que la comunidad de intereses mercantiles entre Llanquihue, Chiloé y Magallanes, está hoy enteramente supeditada a la "Compañía Chilena de Navegación de Braun y Blanchard», cuyas tarifas módicas y servicio regular nada dejan que desear, por otra parte.
«Quien haya visitado hace cuatro años a Llanquihue y Chiloé se sorprenderá hoy de ver un intercambio de productos intenso entre estas provincias y Magallanes, lo que ha traído una etapa de riqueza y de trabajo.
«La Compañía Chilena de Navegación de Braun y Blanchard, significó y significa para Llanquihue y Chiloé, su grandeza y su porvenir.
«Aquellos campos fertilísimos, donde la tierra de hoja forma jardines para la agricultura intensiva de la papa, el trigo, las legumbres, la manzana y cien artículos más, estaban condenados a una estagnación perenne; porque la mano-providencia del Gobierno centralizador no había de acordarse en las presentes generaciones de aquellas gentes.
«Por eso es menester rendir tributo de valiente aplauso a esos emprendedores y geniales socios de la firma de Braun y Blanchard, que arrancaron a los chilotes de su letargo y los pusieron sobre el arado y los cultivos, que enriquecen y moralizan.
«Hoy día, mediante el espíritu emprendedor de Braun y Blanchard se ha creado comunidad de intereses entre las provincias de Llanquihue, Chiloé y el Territorio de Magallanes, que marcan una era de engrandecimiento progresivo para la zona austral y la consiguiente valorización de aquellas tierras prodigiosas, donde todo se produce abundante, fácil y en buenas condiciones.
«En pocos años, tal vez dos o tres más, Llanquihue y Chiloé serán los únicos proveedores de papas, legumbres y verduras para toda la costa de Chile y demás países latino-americanos.
«La razón de este aserto es muy obvia. En Llanquihue y Chiloé se produce entre 400 a 800 sacos de papas por hectárea, y en igual proporción se recoge la verdura y legumbres; por manera que, costando menos el terreno y produciendo más que en el norte del País, tiene necesariamente que tomarse el mercado de estos artículos; lo que contribuirá, además, al abaratamiento de la vida nacional.
«Hemos considerado, de ligera, la comunidad de intereses que se ha establecido entre los territorios de la zona austral, en Llanquihue, Chiloé y Magallanes, y nos toca contemplar ahora la grandeza armónica que esta comunidad de intereses, ya creados, va a representar para Chile y la riqueza pública ante la apertura del Istmo de Panamá; pero antes de indicar esta faz de los cultivos agro-pecuarios, interesante será decir que la explotación racional de la madera, de las anilinas, de la celulosa, de los alcoholes metílicos, de los acetatos, acetonas, creosotas, etc., tendrá su asiento de riqueza para ambas Américas y aun para el mundo entero, en Llanquihue, Chiloé y en sus hermosos Archipiélagos.
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«El Territorio magallánico, esencialmente dispuesto para la crianza lanar, está ya estrecho de tierras y abundante de capital. Allá no se percibe la crisis, porque se produce más de lo que se consume y se mantiene un equilibrio sensato y regularizador entre las entradas y los gastos.
«Hace dos años que se nota en Magallanes plétora de riqueza y de expansión territorial, pagándose hasta doce, quince y veinte libras esterlinas por hectárea de terreno en grandes cantidades.
«Desde el año pasado han principiado a emigrar de Magallanes a Llanquihue y Chiloé; colonos extranjeros, sanos, trabajadores e inteligentes, que han cultivado los campos con éxito halagador en estas provincias, donde el clima es benigno y el paisaje superior al resto de Chile.
«Como los cultivos agrícolas en Llanquihue y Chiloé dan un porcentaje de rendimiento no igualado en el mundo entero, por la virginidad y fertilidad del suelo, se espera que, abierto el Istmo de Panamá, los norte-americanos pueblen los campos agrestes y los conviertan en el almacén proveedor de los comestibles de la América latina, al propio tiempo de ocupar grandes extensiones en la plantación del lino y de la betarraga sacarina, que se produce admirablemente.
Y no hablamos de cosas por crearse: no se nos tachará de visionarios por este lado; no: el lino de la fábrica de Puerto Montt, en el Desagüe, tiene una prima de sobreprecio por su excelencia en los mercados europeos, y se produce abundante y rentabilizador, como planta nacida para ser cultivada en aquella esplendida zona austral.
«Si a esto se agrega que el ganado vacuno, la lechería, la mantequillería, la miel, etc., se producen en la misma proporción que en Osorno, que es uno de los departamentos más ricos del País, se comprenderá la transformación que se ha de operar allá con la apertura del Istmo de Panamá.
«El precio de cinco a quince libra esterlinas por hectárea en los terrenos magallánicos no es una cosa excepcional, sino un conjunto bien tomado dentro del rendimiento de quince a veinte chelines por cabeza de cada lanar, que es el promedio de venta en los frigoríficos de Río Seco y San Gregorio.
«Una comparación similar debe hacerse con el precio de los terrenos que alimentan ganado vacuno y sirven para la agricultura en Osorno, asignándosele de quinientos a mil quinientos pesos por cada hectárea.
«La comunidad de intereses creados por la «Línea de Navegación Nacional de Braun y Blanchard», entre Llanquihue, Chiloé y Magallanes, va a permitir a estos tres territorios gozar de las expectativas de grandes beneficios en la venta o cultivo del suelo, una vez abierto el Istmo de Panamá, y esta situación va a informar también, de un modo definitivo, sobre la grandeza de la zona austral y la riqueza del País, por los cultivos agro-pecuarios, que se darán de la mano con la explotación de las conservas de mariscos y pescado, en playas prolíficas donde existen montañas de crustáceos y donde el pescado, en cardúmenes infinitos, cuaja los puertos y estuarios!
«En virtud de estos hechos el porvenir del sur de Chile se muestra halagador para la riqueza pública y presenta risueña expectativa de poder contar mañana con cultivos agrícolas, ganaderos é industriales que permitan abastecernos y aun abastecer a las Américas con productos de primera necesidad.
«La apertura del Istmo de Panamá traerá, en consecuencia, una franca grandeza y liberalidad para Llanquihue, Chiloé y Magallanes; ya sea comprando los productos agrícolas, ganaderos o industriales, o valorizando sus tierras, o mejor dicho, ambas cosas de consuno a la vez.
«Acaso no nos muramos sin contemplar usada la fuerza de nuestros ríos torrentosos y de nuestras admirables cataratas australes en el propulsor de la industria sintética del salitre, allá donde el carbón blanco espera ansioso la turbina que ilumine los mares patagónicos, ante cuya majestad son pigmeos despreciables los fjiords de Suecia y Noruega!»
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