Para apresurar el proceso de la germinación de las semillas, se tienen durante 24 horas en agua, y después encerradas en una bolsita se ponen al sol. Después de 24 horas más empiezan a germinar; se ponen en un cajón con tierra bien abonada con estiércol de vaca y se riegan cada tanto con agua tibia.

Con este procedimiento las semillas de las hortalizas más comunes germinan en pocos días y en 5 ó 6 días los rabanitos adquieren regular tamaño.

Para evitar la germinación de las semillas de perejil, zanahorias, escorzoneras y otras de fácil germinación, se sumergen en una solución al 10% de amoniaco líquido. También dejando las semillas en infusión durante 3 o 4 días, en una solución de ácido oxálico al 2 por mil, se consigue el mismo resultado.

El ácido clorhídrico en la proporción de 2 por mil tiene un efecto análogo, no solamente en la semilla, sino también en la plantita recién salida.

Y en fin, las semillas duras de ciertos árboles, como la de acacia, se refriega entre dos ladrillos o con papel de lija para romper el primer tegumento que envuelve la almendra y que siendo muy denso y leñoso impide la fácil germinación.

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