Sin pretender tratar este tema con la extensión que merece a causa de su importancia, vamos a dar algunos datos que juzgamos de utilidad, tanto para los que viven en el campo, como para las madres de familia que se dedican a la cría de gallinas.

LAS RAZAS DE GALLINAS

Las mejores razas de gallinas para la carne son la "Dorking" seleccionada, la "Bruges", belga; la de "Breda", holandesa, y la variedad "Wyte Wyandottes", americana.

La primera es de carne delicada; pesa, adulta, de 3½ a 5 kilogramos y se desarrolla en un año.

La segunda, también de carne fina y delicada, su peso no excede de 4 kilogramos, pero en cambio es más rústica.

La tercera alcanza en peso a 4½ kilogramos: es de fácil engorde y rápido desarrollo.

Y la cuarta, cuya carne también recomienda, tiene la ventaja de criar pollos tempranos.

En cuanto a razas para producción de huevos, recomienda la de Hamburgo como la mejor del mundo, pues con alimentación forzada llega a dar hasta 280 huevos al año, pero no pesan más de 50 gramos cada uno.

La raza española común, también buena ponedora, produce 230 huevos al año con un peso cada uno de 70 gramos. La cría es rústica y de fácil alimentación.

La raza Crevecour y la Houdan ponen huevos que pesan 30 gramos cada uno, pero no dan al año más de 120 huevos la primera y 150 la segunda.

Y la raza Bruges es la que pone huevos de mayor peso: 90 gramos cada uno y da al año 180 huevos.

Para la postura de huevos durante el invierno, se recomienda la raza asiática "Lang San", que da de 150 a 170 huevos por año, con peso de 75 gramos cada uno.

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En cuanto a las otras especies pueden dar en un año, siendo en pleno desarrollo y producción, estas cantidades:

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Para aumentar la producción de huevos en las gallinas es necesario variar el alimento.

Una alimentación buena y excitante, la fecundidad es la siguiente: se hace una pasta blanda de afrecho, trigo y semilla de lino (disecadas al horno y puestas en agua hirviendo, en donde se deja hasta el día siguiente).

La cebada mojada en agua salada, en razón de 5 gramos por día, la semilla de cáñamo y las ortigas frescas o secas, son otros tantos estimulantes para las gallinas.

Muy bueno también es el trigo calcinado, del mismo modo que se prepara para la siembra; se toma un kilogramo de cal y se disuelve en diez litros de agua, se hecha después sobre el montón de trigo y se remueve con la pala hasta que se ha bañado bien todo; se extiende después y se deja secar. Este grano se da a las gallinas cada 8 días y se consiguen buenos resultados.

La cebolla es también un alimento muy sano para las aves de corral.

A las muchas buenas cualidades que se le atribuyen, debemos agregar la de ser considerada como un producto útil para la higiene de las aves de corral.

El aceite especial de la cebolla, que excita el lagrimeo, es aplicado con éxito para curar las enfermedades de la laringe de las aves, que frecuentemente causan grandes bajas en los corrales, pues se presentan casi siempre con carácter epidémico.

El tratamiento es sencillo: se pica la cebolla en crudo, muy menuda, y se les da a las gallinas una o dos veces por semana, con lo cual se conservarán en excelentes condiciones de salud para engordar y poner.

Todos los años, cuando las gallinas han llegado a su cuarto año de edad, deberán ser eliminadas del gallinero, porque el máximum de la fecundidad corresponde al tercer año. En el cuarto ya la producción es menor, aunque los huevos son más voluminosos.

La gallina de cinco años gasta para su alimentación tanto como la de tres y produce mucho menos. No hay, pues que trepidar un momento, tanto más que las gallinas nuevas ponen a fin de estación, cuando generalmente los huevos valen más que en la época ordinaria. Además, hay que tener en cuenta que las gallinas de cuatro años son todavía buenas para comer, mientras las más viejas son de carne dura.

La alimentación de los pollitos es de mucha importancia, y se puede preparar un alimento bueno y nutritivo en la forma siguiente: harina de maíz, 1 kilogramo; agua o suero de leche, 1 litro, y 50 gramos de mijo; se mezcla bien todo y se forma una pasta.

Al mes y medio de edad de los pollitos, se hace la pasta más densa, y se sustituye el mijo, la avena o alforfón.

Se les dará que comer cuatro veces al día: al salir el sol y a las diez de la mañana, un rato después de medio día y al ir a ponerse el sol; pero en las veinticuatro horas siguientes a su salida del cascaron, no se les dará nada. En los 15 primeros días se les echará miga de pan seco muy fina, mezclada con verdura picada y huevo duro igualmente picado; pero Mr. Lemoine dice, con razón, que se puede alternar esta pasta con la que dimos anteriormente.

Cuando los pollos están endebles, se les dan fortificantes, empezando por el agua de hierro, el pan mojado en vino, el agua azufranada y sobre todo, el trigo. Hay quien les da corazón de vaca cocido y picado, y hasta el agua de quina, por más que esta última es muy dudoso que la beban voluntariamente los animalitos.

En cuanto a la incubación puede ser natural o artificial, realizándose ésta a favor de las incubadoras, completadas por hidromadres. La eclosión de los huevos tiene lugar en las gallinas a los 21 días y, por excepción, a los 20.

Se conoce la bondad de una gallina clueca, cuando, acoplada sobre los huevos que no acaba de poner, cloquea y encrespa las plumas al acercarse alguien, pero no se levanta y huye. Las gallinas chillonas y revoltosas deben ser apartadas.

También hay que tener presente que una mala clueca puede ser luego buena criadora y vice-versa.

Las gallinas cluecas deben atenderse y alimentarse bien.

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Para el engorde de los pollos nuevos se preconiza el siguiente sistema: A los tres meses de edad se empieza el engorde, que dura generalmente dos semanas. Se toman 300 a 350 gramos de harina de cebada o de maíz bien tamizado, y se mezclan con un litro de suero o de leche, formando una pasta que se da tres veces por día. Para completar el engorde se puede agregar a la pasta, en los tres últimos días, 10 gramos por cada pollito de sebo fundido en leche, y un huevo por cada kilogramo de pasta.

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Para el engorde de los animales adultos hay que tener en cuenta algunas precauciones, que anotamos enseguida:

Se destina al engorde solamente los animales fuertes y robustos, así como las gallinas de 3 a 4 años que se reformen y se eliminan de la producción de los huevos.

Ante todo hay que separar el lote de gallinas o capones y dejarlos en lugar oscuro y reducido espacio, porque con el reposo absoluto, la oscuridad, el calor uniforme y no exagerado, se procura a los animales sueños tranquilos y fáciles y rápidas digestiones. Cuando el animal está obligado a no moverse, no sufre pérdidas en fuerza, acumula en poco tiempo la gordura necesaria, y adquiere una carne tierna y sabrosa.

He aquí algunas fórmulas de alimentos racionales y engordantes:

1.° Pasta semilíquida de harina de maíz y cebada, con leche. Se les hace tragar teniéndoles el pico abierto.

2.° Pasta de mijo pisado, cebada y agua. Para brebaje, suero de leche azucarado. Con este alimento, el engorde es muy rápido y la carne exquisita.

Ahora los patos y los gansos se pueden engordar con avena y agua, mezclando también alimentos animales.

Los pavos sólo pueden engordarse a campo abierto, en pastoreo, dándoles raciones suplementarias de granos de maíz, papas, remolacha, etc., de mañana y de noche.

El período de incubación varía según la especie de aves:

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Para destruir los parásitos que con frecuencia invaden los gallineros, palomares, etc., se extiende en el suelo de los mismos una capa de yeso usado o de cal, de escombros pulverizados. Los parásitos quedan en breve destruidos.

Para alejar los piojos u otros parásitos del nido de las cluecas, se pone junto con los demás huevos, uno al que, previamente vaciado, se le llena con una esponjita o mecha de algodón impregnada de esencia de eucaliptus. El olor que se desprende al través de la cáscara del huevo mata todos los parásitos.

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