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CAPITULO VI
FUSIÓN CON LA SOCIEDAD LA RIQUEZA DE MAGALLANES
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Uno de los momentos capitales de la historia de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, se halla señalado por la fusión de ésta con las Sociedades La Riqueza de Magallanes y Ganadera de Magallanes.
Para tener una idea más o menos exacta de la importancia de estos acontecimientos, conviene examinar algunos antecedentes de las nuevas entidades incorporadas a la Explotadora.
La adquisición de la Sociedad La Riqueza de Magallanes, significó para la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego el aporte de importantes derechos de arrendamiento sobre terrenos ubicados en la Isla Grande de Tierra del Fuego y en Última Esperanza.
La Sociedad La Riqueza de Magallanes se había formado como resultado de diversos derechos otorgados en tierra austral.
Para encontrar sus primeros rastros es preciso remontarse incluso a los orígenes de las concesiones magallánicas.
En las primeras páginas de este libro tuvimos oportunidad de relatar los esfuerzos iniciales del Gobierno chileno para interesar a los capitalistas y a los hombres de acción, a fin de que fuesen a colonizar y a explotar la región indicada.
Los Gobernadores de Magallanes de aquellos días, otorgaron concesiones o dieron simples permisos de ocupación de los campos inexplorados. Uno de esos Gobernadores, don Francisco Sampaio, deseoso de dar mayores ingresos al Estado, impulsó a éste a que ordenase subastas en las cuales se pusiese a remate el derecho de arriendo de los predios licitados.
El primer remate se verificó en los días 25 y 27 de Noviembre de 1884, en Punta Arenas, ante la Junta de Almoneda. Los lotes subastados fueron 90, con una extensión general de más de 560.000 hectáreas.
Entre los subastadores de aquella ocasión encontramos los nombres de los señores Enrique Wood, W. D. Waldron y Juan Waldron, los cuales, en conjunto, se adjudicaron unas 90.000 hectáreas, ubicadas en Punta Delgada.
Pocos años después se verificaron nuevos remates de arrendamiento en las regiones indicadas. Pero tanto éstos como los anteriores fueron de escaso provecho, pues el criterio seguido por el Gobierno, imponía a los concesionarios gravámenes muy pesados que, dada la inexperiencia de los que intentaban la empresa y la obligación que tenían de crear una industria casi de la nada, pronto tornaron su situación insostenible.
De esas épocas datan dos concesiones otorgadas a los señores José Nogueira y Mauricio Braun. La primera, por Decreto Supremo No 1.849, de 22 de Abril de 1889, daba en arriendo al señor Nogueira una extensión ubicada en el Norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego, de más o menos 180.000 hectáreas. El término de este arrendamiento se fijó en diez años, contados desde la fecha en que el respectivo decreto fuera reducido a escritura pública, pero otra resolución posterior lo prorrogó por diez años a los concesionarios del contrato, y una última de 1903 extendió esa prórroga hasta 1913.
En virtud de ese arrendamiento, el señor Nogueira contrajo la obligación de introducir en el terreno arrendado la cantidad mínima de 2.000 cabezas de ganado lanar y de 150 vacunos, todo en el plazo de dos años contados desde la fecha de la respectiva escritura. A la condición señalada se agregaba la de dar comienzo, a lo menos, dentro de igual término, a la construcción de un muelle en Bahía Felipe o en una de las caletas inmediatas.
La renta del arrendamiento fue de $15.000 por el primer período, duplicándose para el segundo, y teniendo el arrendatario el derecho a compensarla, hasta donde coincidiese, con las mejoras que debía dejar a favor del Fisco en el predio arrendado. La renta del tercer período hasta 1913, fue elevada a $55.000.
La segunda concesión hecha a favor del señor Mauricio Braun, por Decreto Nº 703, de 15 de Noviembre de 1889, le daba en arrendamiento una extensión, también en la Isla Grande de Tierra del Fuego, de más o menos 170.000 hectáreas.
El 11 de Octubre de 1890 el señor Nogueira transfirió el arrendamiento mencionado a la Sociedad en comandita denominada The Tierra del Fuego Sheep Farming Company Limited, y el 24 de julio de 1899 el señor Braun transfirió también el suyo a la Sociedad The Philip Bay Sheep Farming Company Limited.
Una y otra Sociedades fueron formadas por los señores Waldron y Wood, cuyos nombres pertenecen a los iniciadores de las explotaciones ganaderas en la región magallánica.
Eran los señores Waldron y Wood progresistas estancieros radicados desde hacia algún tiempo en aquellas duras e inhospitalarias regiones, que habían dado pruebas esclarecidas de su tesón, su habilidad y su emprendedor espíritu.
No sólo organizaron los negocios indicados, reuniendo los capitales respectivos, sino que también introdujeron algunas modalidades que pueden citarse como los primeros repuntes de industrialización. Ellos fueron, por ejemplo, los que iniciaron en 1894 en Punta Delgada las faenas de congelación de carne, convirtiéndose en los precursores de los futuros frigoríficos. En el mismo año trajeron de Europa un barco, el "Hengist", dotado de elementos frigoríficos que pensaban utilizar como depósito de los animales congelados destinados a la exportación para Inglaterra. El barco naufragó cuando venía en pleno viaje, perdiéndose, así, toda su instalación. Sin embargo, los señores Waldron y Wood no se desanimaron, y volvieron a encargar otro barco que mantuvieron en servicio para el mismo objeto. Más tarde, cuando circunstancias económicas adversas les hicieron abandonar este negocio, lo reemplazaron por una fábrica de conservas de carnes, la que posteriormente pasó al dominio de la Sociedad Ganadera de Magallanes.
Los contratos de arrendamiento transferidos a las dos Sociedades mencionadas representaban una superficie de 350.000 hectáreas de terrenos de buena calidad, ubicados también en la Isla Grande de Tierra del Fuego. Dichos campos con algunos otros de menor importancia, sirvieron de base para formar la Sociedad La Riqueza de Magallanes.
Otro de los aportes que recibió la Sociedad mediante la fusión con la Sociedad La Riqueza de Magallanes, fue el permiso de ocupación de 600.000 hectáreas ubicadas en la Isla Riesco, otorgadas por veinticinco años, hasta 1930, a favor de la firma Fuenzalida, Rudolphy & Cía., los cuales lo cedieron a la Sociedad Ganadera y Colonizadora de Ponsonby y Última Esperanza, de quien lo adquirió La Riqueza de Magallanes.
Esta extensión de terrenos nunca fue explotada por la Sociedad, debido a que la formaban lotes aislados de difícil aprovechamiento. Algunos de ellos fueron subarrendados a particulares, pero los demás no tuvieron utilización posible. Se hace no obstante referencia a ellos por ser parte de la historia de la Sociedad.
La fusión con la Sociedad La Riqueza de Magallanes se realizó por escritura pública de fecha 17 de Enero de 1906, otorgada ante el Notario de Valparaíso, don Luis M. Zañartu, suplente del titular don Pedro Flores Zamudio. En virtud de este contrato, la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego adquirió el activo y el pasivo de dicha Sociedad, siendo el precio de la transferencia la cantidad de 220.000 acciones de la primera de valor nominal de $10 cada una.
Una rápida descripción del activo nos permitirá formamos idea de la operación:
En primer lugar, la Sociedad adquiría en arrendamiento los terrenos primitivamente concedidos a don Mauricio Braun, de los cuales ya nos hemos ocupado. En dichos terrenos se hallaba situada la Estancia Philip Bay, la cual, además de contar con excelentes instalaciones para lanares, tenía una dotación de éstos, según el Balance que sirvió de base a la operación, ascendente a cerca de 109.000 cabezas. Recibía además los terrenos que se dieron en arrendamiento a don José Nogueira por Decreto de fecha 22 de Abril de 1889, mencionados también anteriormente, dentro de cuyos limites se hallaba la Estancia Springhill, instalada en debida forma y con una dotación de 200.000 lanares aproximadamente. También adquirió 50 hectáreas donadas por el Gobierno a don Ernesto Wales y a la Philip Bay Sheep Farming Company, situadas en la Isla Grande de Tierra del Fuego y consolidadas con el carácter de un dominio perfecto.
Al mismo tiempo se hacía dueña de los edificios e instalaciones situados en estos terrenos, del ganado y de las mercaderías y especies de todo género pertenecientes a la entidad vendedora y existentes en Philip Bay y en Springhill, incluyéndose entre los primeros el establecimiento de Grasería y Fábrica de Conservas, formado por los señores Waldron y Wood, de que tuvimos antes ocasión de hablar.
Por último, recibía 15.000 acciones de la Compañía Chilena de Inversiones y 10.000 acciones de la propia Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, pagando a ésta la suma de $2.200.000 en dinero efectivo.
Una vez finalizada la operación, la Sociedad se encontró dueña de cerca de 850.000 lanares, 13.000 vacunos y más de 6.000 caballares. Al mismo tiempo había aumentado los terrenos arrendados en 350.000 hectáreas, aparte de las 600.000 hectáreas del permiso de ocupación por veinticinco años ya mencionado.
La magnitud de la operación, así como el amplio horizonte que ella abría, impuso la necesidad de modificar los Estatutos y de introducir en éstos nuevas reformas que aumentasen el capital.
La Junta General Extraordinaria que hubo de ocuparse de dichas cuestiones, debió considerar también la conveniencia de convertir el capital a moneda esterlina. Los Directores que propusieron esta reforma hicieron valer razones claras y precisas, que contaron con la aceptación general.
El mercado de los productos de la Sociedad se hallaba entonces, como hoy, fuera de Chile, y especialmente en Gran Bretaña. La moneda en que se hacían las principales transacciones del negocio era, pues, la libra esterlina. Al mismo tiempo, la Sociedad había recogido a lo largo de su vida, la experiencia de los inconvenientes que resultaban de las fluctuaciones monetarias para sus negocios. Además, era preciso impedir hasta donde fuera posible que las variaciones del cambio alterasen en los Balances el valor real de los fondos aportados por los accionistas.
De esta manera, en la Junta General Extraordinaria de Accionistas de 31 de Diciembre de 1905, el capital fue fijado en la cantidad de £1.200.000, dividido en acciones totalmente pagadas, de una libra esterlina cada una.
Del total de acciones indicado, se entregó la cantidad convenida a los accionistas de la Sociedad La Riqueza de Magallanes, en pago del activo y pasivo de la empresa que pasaba a fusionarse con la Explotadora. El saldo de acciones se distribuía entre los accionistas de esta Sociedad, a razón de dos nuevas acciones de una libra esterlina pagada por cada acción de las de $10 cada una.
Por aquella época también la Sociedad incorporó a su patrimonio diez lotes de pequeña extensión, dentro de cuyos deslindes se ubicaron algunos establecimientos de orden industrial, complementarios de la explotación ganadera.