Nació en la provincia de Jutlandia (Dinamarca) el 2 de enero de 1850 y llegó al país el 1° de enero de 1890.

Después de pasar cuatro años en la provincia de Buenos Aires, se trasladó a Santa Cruz acompañando al señor Carlos Siewert, agrimensor designado por el gobierno nacional para medir y ubicar las 400 leguas de la concesión Grünbein.

El trabajo duró varios años y dio oportunidad al señor Mortensen para conocer palmo a palmo el territorio y estudiar las características de sus campos. Bien pronto se dio cuenta que esas tierras, explotadas en forma conveniente debían dar un resultado que compensaría con creces los sacrificios que implicaba la tarea de poblarlas y de vivir en una región que recién empezaba a perder sus características de desierto, debido a los esfuerzos de los "pioneers" que hacía poco tiempo se habían establecido en ella.

Terminado su contrato con el señor Siewert, adquirió en arrendamiento del gobierno de la Nación un lote de campo sobre la margen Sud del río Santa Cruz, con el propósito de dedicarlo a la crianza de animales lanares. Después de sufrir los contratiempos propios de las empresas que se inician, el señor Mortensen, a fuerza de actividad y de tesón, logró formar la estancia que ambicionaba poseer, y en 1907 se establecía en ella definitivamente.

A parte de sus actividades rurales, don Adolfo Mortensen desempeñó los consulados de Dinamarca y Noruega en Río Gallegos, y además es uno de los socios que más han bregado por la constitución y posterior desenvolvimiento de la Sociedad Rural del mismo puerto.