Martín | << = = | Los Antiguos Pobladores del Territorio Don José Montes |
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Nació en la Ribera de Arriba, provincia de Oviedo. Hijo de familia labradora, al cumplir los 17 años vino a Buenos Aires, trabajando en la quinta que unos vascos poseían en San Fernando. Cierto día encontróse con su primo, don Mariano Montes, doctor en teología, que había abandonado la carrera eclesiástica y de común acuerdo se trasladaron a Punta Arenas, que era entonces un villorrio de unos 800 vecinos, confinados la mayor parte. El señor Montes se empleó inmediatamente en la casa Guillermo Braun (luego Braun y Skroder) donde permaneció como dependiente once meses.
Con los ahorros hechos, más cien monedas de oro isabelinas que le entregara su señor padre al salir de España, compró unos caballos y se dedicó a hacer ventas y compras a los indios Tehuelches, desde Punta Arenas a Coyle.
Alquiló después una goleta para negociar con los indios de Santa Cruz, llevando en ocasiones víveres al gobernador de aquel territorio, señor Moyano. Adquirió ganado lanar y vacuno (1881), surtiendo al subprefecto de Río Gallegos de carnes y artículos de primera necesidad, cuyo cobro le costó luego no pocos esfuerzos.
Llevado de su espíritu emprendedor, Montes tomó campos al gobierno argentino en Río Gallegos y otros sobre Río Coyle. Esta es la época en que más rudamente hubo de luchar el animoso poblador español, sufriendo las inclemencias de la temperatura, el azote de las lluvias y los vientos, durmiendo sobre la mata negra de los cañadones, sin techo ni resguardo. Y así pasó ocho o diez años. La lana valía poco, unos 4 o 6 pesos argentinos los diez kilos; la carne llegó a venderse a tres centavos el kilo. Pero contra todas estas adversidades, el tesón asturiano no desmayó, confiado ciegamente en su mejor porvenir.
La instalación de los primeros frigoríficos
abrió nuevos espacios de prosperidad al negocio ganadero. Y el triunfo
deseado llegó. Hoy don José Montes es uno de los hombres más
acaudalados del Sud, pues posee estancias en Gallegos, Coyle, Santa Cruz,
Tierra del Fuego y en varios puntos de la Patagonia chilena.
Fuente: «La Patagonia Argentina», pp.135-136