Sociedad Rural de Río Gallegos  

En el mes de marzo de 1909 quedó constituída en Río Gallegos la primera Sociedad Rural del Territorio. Fué electo presidente el señor Jorge H. Morrison, quién debió delegar sus funciones en el vice primero señor Agustín Pourteau. Era éste un hombre de reconocida actividad y supo poner al servicio de la flamante entidad todas sus energías y una voluntad que no desmayó en ningún momento.

Actuó de secretario asesor mientras se constituía la sociedad, el señor Juan E. Richelet, al cual se debe una gran parte del éxito que se obtuvo, pues el señor Richelet es un experimentado médico veterinario que en aquella época aconsejó desinteresada y eficazmente a los hacendados y puso al servicio de éstos sus conocimientos en materia de asociaciones rurales, de tal manera que la nueva entidad pudo desenvolverse sin mayores dificultades desde el primer momento.

Después que el señor Pourteau abandonó la región, la Sociedad Rural de Río Gallegos comenzó una vida precaria, pues el apoyo de sus asociados dejó de hacerse sentir en la forma franca en que lo fuera al principio.

En 1918, a iniciativa del entonces gobernador del Territorio, doctor Germán Vidal, se reorganizó la institución bajo la presidencia del conocido hacendado don Juan Hamilton.

Pero la verdadera vida de la entidad data del mes de enero del año 1921, en que comenzó la presidencia del señor Ibón Noya, cuyas virtudes personales fueron bien aquilatadas durante su actuación al frente de la misma. A su actividad y generoso aporte, sin cortapisas ni reatos, se debe la acción eficaz y diligente de la Sociedad en las dos asonadas que comprometieron la tranquilidad y el patrimonio de los póbladores del territorio en los años 1921 y 1922.

El señor Noya, además del sacrificio de sus horas de descanso, contribuyó espontáneamente, costeándolo de su peculio particular, con los medios de movilidad que la Sociedad Rural se vió precisada a poner al servicio de las tropas del ejército y policía para restablecer el orden en el territorio y manifestó que la entidad que presidía, le abonaría el importe de esos elementos cuando y como pudiera. En esa forma, el señor Noya entregó a la Sociedad Rural cerca de un centenar de miles de pesos en efectos necesarios al objeto mencionado.

Si el señor Noya gozaba antes de ahora de un concepto bien definido y elevado entre los hombres de bien de la región, puede afirmarse que hoy su prestigio se ha acrecentado en forma harto significativa.

Las dificultades de los dos últimos años han hecho imposible el cumplimiento de todos los postulados de la carta orgánica de la institución, pero los años venideros han de ser de una labor entusiasta y armónica en el sentido de fomentar y proteger el desarrollo de la ganadería, agricultura e industrias derivadas.

Desde el 15 de diciembre de 1922 la Sociedad Rural de Río Gallegos cuenta con personería jurídica y estatutos aprobados por el Superior Gobierno Nacional. Asesoran a la Sociedad en los asuntos relacionados con la ganadería, el médico veterinario Sr. Espartaco Caminada, y en materia de derecho, dos distinguidos letrados.

Desempeña la gerencia y secretaría, desde los primeros meses de 1921, el señor Edelmiro A. Correa Falcón, cuya actuación al frente de la gobernación del territorio, durante los dos años que duró su interinato, ha sido bien juzgada por los habitantes.

En la última asamblea celebrada el 15 de marzo del año actual, ha sido reelegido el señor Ibón Noya para desempeñar la presidencia.

 
 

 Fuente: «La Patagonia Argentina», pp.187-188