Sociedad Anónima Mercantil de la Patagonia  

Al igual que las otras grandes instituciones comerciales establecidas en la costa a las que nos hemos referido con anterioridad, la Sociedad Anónima Mercantil de la Patagonia contribuyó también en forma decidida y eficaz al progreso del territorio, ya que impulsó con el criterio liberal que caracterizó todas sus transacciones, los esfuerzos de los "pioneers" que habían acometido la empresa de poblar estas lejanas regiones del Sud. La labor de esos hombres hubiera sido mucho más árdua y tal vez imposible, si las instituciones de la índole de la que nos ocupa no hubiesen contribuído a ella por medio de las facilidades que les otorgaron, abriéndoles créditos personales que les permitieron proveerse de todo lo necesario para su vida y para el desarrollo de la industria que habían emprendido.

El 1.º de octubre de 1912 se constituyó en Gallegos la Sociedad en comandita Manuel Ferrari y Cía. con un capita1 pagado de treinta mil libras esterlinas y cuyo objeto era la explotación del negocio que hasta entonces había pertenecido a la empresa denominada "Compañía Comercial de Río Gallegos". El alma de la nueva institución era el socio responsable don Manuel Ferrari, que desde el primer momento le dedicó todas sus actividades y sus conocimientos de comerciante hábil y progresista, y así fué que al poco tiempo aquélla se había vinculado al público y su movimiento comercial era por demás halagüeno. Don Manuel Ferrari supo imprimir rumbos que llegaron a ser definitivos al negocio que dirigía y estos rumbos, prolongándose en el tiempo, vinieron a constituir también las líneas directrices de la institución que debía substituirla en la vida comercial.

El 1.º de octubre de 1918 se constituyó la Sociedad Anónima Mercantil de la Patagonia, sucedánea de Manuel Ferrari y Cía., cuyo contrato social de seis años había vencido, con un capital autorizado de cinco millones de pesos moneda nacional, dividido en cinco series de mil acciones de mil pesos moneda nacional cada una. La primera serie quedó subscripta de inmediato por pobladores afincados en el territorio.

El directorio quedó constituído así: don Enrique Jamieson, como presidente y los señores Herbert S. Felton, Manuel Ferrari, Roberto Gordon Rae y George Mac George, como vocales. El gobierno nacional aprobó sus estatutos y autorizó a la nueva sociedad para funcionar como anónima por superior decreto de fecha 20 de noviembre de 1918.

Cuando "La Mercantil", como se la llama comúnmente, inició su giro contaba con tres sucursales instaladas en Gallegos, Santa Cruz y Coyle, pero al poco tiempo, y dado el favor que el público le dispensaba, creó filiales en Paso Ibáñez, Deseado, Las Heras y Pico Truncado e instaló un depósito en Güer-Aike.

La empresa a que nos referimos aparte del rubro ramos generales a que se dedica preferentemente, hace negocios de importación y exportación y toda clase de operaciones financieras. Es agente de varias compañías de vapores y representante de algunas casas compradoras de lanas y frutos del país.

El directorio actual está constituído en la siguiente forma: Presidente, don George Mac George; vocales: R. Gordon Rae, Alejandro Jamieson y Archibaldo y Santiago Halliday.

 
 

 Fuente: «La Patagonia Argentina», pp.171-172