Hotel Argentino
de José Fueyo Vallina
 

Este hotel fue fundado en el año 1901 y puede decirse que su historia está vinculada a la de los progresos de la capital del territorio. Establecimiento modesto, casi pobre al principio, fue transformándose paulatinamente y a medida que la vida de los pobladores se hacía más cómoda y exigente. Lugar de reunión y esparcimiento, en sus salas y en su bar se congregaban los hacendados para ultimar sus negocios, cambiar impresiones sobre la marcha de sus respectivas estancias y también para compensar en la amable intimidad de la fiesta entre amigos, las horas largas de soledad y aburrimiento pasadas en las desiertas pampas. Muchas importantes transacciones se ultimaron junto a las mesas del viejo hotel; transacciones que con el tiempo adquirirían una importancia transcendental para el fomento industrial y económico del territorio. Sin excepción, puede decirse, que todos los "pioneers" de Santa Cruz concurrían al hotel Argentino cuando llegaban a Gallegos, y esa costumbre poco ha variado en la actualidad, tanto en lo que a aquéllos se refiere, como a los nuevos elementos que se han incorporado a las actividades de la región.

Los sucesivos propietarios del establecimiento de que nos ocupamos fueron los señores Ulipano Alvarez, Quaglia, Santucci, Luis Salter, Katunaric y Coll Mac Gillivray. En la actualidad explota el negocio don José Fueyo Vallina, que anteriormente había dirigido en la misma ciudad otro establecimiento del ramo.

El Hotel Argentino está situado en la esquina de las calles Roca y Chacabuco, frente mismo al moderno edificio del Banco de la Nación.

El establecimiento está bien distribuído y ofrece comodidades para dar alojamiento a un buen número de pasajeros. Los dormitorios son amplios y están dotados de calefacción y otros detalles de "confort". El comedor es de grandes dimensiones y está alhajado con buen gusto. El bar es uno de los mejor surtidos y servidos del territorio.

El hotel dispone también de una espaciosa galería de cristales, que constituye un confortable refugio para los días de invierno y anexa a ella hay una sala de billar y conversación.

El actual propietario al hacerse cargo del establecimiento introdujo en él importantes reformas con las cuales han aumentado sus comodidades y también el confort de sus distintas dependencias.

 
 

 Fuente: «La Patagonia Argentina», p.206