Biblioteca Patagónica

(1903)

LA MISION DE TEKENICA —
¡Acuérdense de que también somos chilenos!

Cuando el "Cóndor," en su viaje a las islas australes, estuvo en la misión de Tekenica, dirigida por el meritorio pastor protestante Rdo. Williams, hubo gran algazara i alegría entre los moradores de ese que, con toda propiedad, puede llamarse el mas remoto confín de Chile.

No era para menos.

Hacía un año que no veían aproximarse a ese paraje ninguna embarcación, ni chilena, ni extranjera.

Los habitantes de la misión son, además del reverendo Williams y su familia, cerca de un centenar de indios fueguinos, ya civilizados.

Lo curioso es que casi todos poseen el idioma inglés, es decir el vocabulario familiar y de necesidad en los trabajos de la misión. — Hay muchos que también hablan castellano.

El reverendo Williams trata paternalmente a sus pupilos.

Les ha hecho edificar casitas de madera muy confortables, provistas de estufas y fogones de piedra y arcilla.

Forman una laboriosa colonia de indígenas fueguinos, que se ha convertido en gente de orden, y que se dedican a la labranza de madera, cría de ovejas, y las mujeres a los quehaceres domésticos y trabajos de tejidos de lana.

Como decíamos, fue un día de fiesta para los moradores de Tekenica, la llegada de un buque chileno, con la bandera de la patria.

Porque es necesario que se sepa que en el alma de esos hijos de las selvas y de los montes fueguinos — que hace poco, en estado salvaje, cruzaban libres como el aire la tierra de sus amores, terciada la capa de guanaco y el carcaj de flechas — se ha desarrollado de una manera sorprendente el sentimiento de la nacionalidad y el amor a la bandera de la estrella solitaria que les cobija, y que en los días de fiesta flota en lo alto de un gran mástil en la misión de Tekenica, a cerca de 55 grados de latitud.

Poco después de haber fondeado el "Cóndor", recibió la visita de uno de los indios de la misión, que iba a saludar a los tripulantes del buque chileno en nombre de sus compañeros.

Después de haber recibido las agasajos consiguientes de la gente de abordo, se retiró, haciendo el encargo especial de saludar "a los amigos que se fueron en el 'Pinto'."

Se refería a seis indios fueguinos que trajo ese crucero como tripulantes, cuando estuvo allí en campaña hidrográfica, tomándolos de la misión y que ahora se han repartido en varios buques de la escuadra.

Pero lo que conmovió verdaderamente a los tripulantes del "Cóndor," fue cuando el inteligente indio, ya al descender la escala del escampavía, les dirigió esta frase de despedida:

¡"Acuérdense de que también somos chilenos"!

Cuán amargo reproche va envuelto en esa frase que pronunció con un tono triste ese hijo de las selvas incorporado a la civilización, bajo la bandera de Chile!

El. Rev. Williams extrañó mucho que el "Cóndor" no le hubiera llevado algunos víveres, de los que ya carecía completamente, faltándole absolutamente los medios para procurarselos.

Los tripulantes del escampavía no podían desgraciadamente socorrerlo de ningún modo, porque sus víveres eran escasos.

Es lamentable, en verdad, el abandono en que se tiene esa parte del territorio, en la cual no solo existe la misión de Tekenica, sino algunos otros pobladores que se dedican a la minería y a la cría de ovejas.

No sea que el Rdo. Williams se le ocurra el día menos pensado fundar allí un nuevo estado y pida su protección al Tío Sam, que seguramente lo patrocinaría en nombre de los sentimientos de patriotismo y humanidad olvidados por Chile . . . . [se refiere a Panamá, recientemente independizado en 1903, bajo la protección de los Estados Unidos]

Fuente: "El Comercio" (Punta Arenas), 20 Noviembre 1903
Extractado: 10-XII-2012
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