El Avisador Comercial
San Julián, Terr. Santa Cruz, Argentina
22-Oct-1927
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Por tratarse de una preciosa pieza literaria, hemos recortado del DIARIO JUDICIAL, uno de los artículos del cuerpo de un sumario; éste habiendo sido redactado por el Excmo. Señor Juez Letrado del Territorio Dr. Jacinto R. Miranda, hace una demostración concisa de lo que debe ser.


XI : El Funcionario de Policía

Uno de los cargos más delicados que se pueden desempeñar en una democracia es el de ser agente de policía, tomando el término en su comprensión genérica. Es un contra sentido rayano en lo increíble, que el pueblo tenga que cuidarse de los hombres encargados de hacer cumplir las leyes, y de dar todas las garantías de vida y de honor que la Sociedad requiere.

Hurtar animales al establecimiento que semanalmente hace donaciones de carne al destacamento que se regentea, es no solamente un acto doloso sino que revela una gran perversidad moral. ¿Qué queda para los humildes ciudadanos ante un tamaño ejemplo? ¿Cuál es el espíritu que se va fomentando en los pobladores que viven luchando tenazmente contra el desierto y contra el frío, sino el de desconfianza hacia las autoridades tutelares? ¿Qué aliciente se deja en el espíritu de la tropa que tiene que obedecer la orden de robar dada por un superior? Esto es demasiado sensible para no obrar con mano firme en casos como el presente: la justicia, debe sagradamente velar por el respeto y acatamiento de las leyes, en primer término por los funcionarios que la Nación ha designado para mantener las seguridades del pueblo. Un Empleado de policía es menester que sea mirado en la campaña como una bendición y no como un azote.

El oficial de policía o el simple gendarme de casaca argentina debe ser en las dilatadas llanuras Patagónicas, un factor de progreso y de civilización y sobre todo y más que todo, un emblema de seguridad; de él no debe ser posible la duda y debe acompañarlo como una cualidad indispensable la más absoluta buena fe y honestidad. La conducta tachable y funesta de un empleado de policía es como un espanta pájaros para inmigración, para el trabajo y la paz de los hogares luchadores del campo. La función policial, es una función de honor; en grado de jerarquía institucional y moral sigue a continuación de la escuela pública; la policía educa a la masa social, modera sus tendencias y garantiza su tranquilidad, así como la escuela prepara los futuros ciudadanos.

A las veces la modesta casaca de un gendarme de policía es la única representación de la Nación en 10 ó 20 leguas a la redonda. Es de suponerse la desazón, la incertidumbre y el desengaño que produce la presencia de un funcionario de esta índole que es el primero en pisotear las leyes del país. Al contrario, cunde la tranquilidad y la confianza, y renace la seguridad en los corazones cuando hay probidad, honradez y una grande buena fe, cuando el ejemplo dado por el empleado de policía es elevado y fecundo. A estas comarcas donde la vida es tan dura, no hay que hacerles el flaco servicio de darles funcionarios deshonestos y rapaces.

Es menester que se cumplan con los empleados policiales aquellas palabras llenas de esperanza y augurios que se cifraban en los pares de éstos, los Jueces de Paz, de Thouret quien decía a la asamblea constituyente el 7 de Julio de 1790: «La agricultura será más honrada, la permanencia en los campos más buscada, y las campañas serán pobladas por hombres de mérito en toda su extensión.»

Lo mismo que las del tribuno Faure cuando exclamaba: «Imaginaos un funcionario, que no piensa y no existe sino para sus conciudadanos. Los menores, los ausentes, los interdictos serán el objeto particular de su solicitud; es un padre en medio de sus hijos: pronuncia una palabra y las injusticias se reparan como las divisiones se extinguen y los litigios cesan: sus cuidados constantes asegurarán la felicidad de todos y a su turno recogerá la más dulce recompensa, pues será querido y respetado de todos.»

Discurso en el Tribunado, en la Sesión del 12 de Primario del año IX.
Página 128 «Diario Judicial» del 13 de Junio de 1927.